Crítica de Titanic

Hasta que se hizo el Señor de los Anillos, Titánic había sido la película más cara nunca hecha. Los efectos especiales, la dirección artística y las maquetas tuvieron un precio desorbitado. El coste de la película y el reparto de la película con ninguna estrella, en aquel momento, predecían un gran fracaso. Pero, la caja q se hizo con ella y la aprobación de la audiencia le dieron la razón a el director del film James Cameron, y callaron a muchos de los que le criticaron incluso antes de que la película fuera estrenada.

Kate Winslet es una joven rica prometida con un chico rico, Billy Zane. Junto a sus familias viajan a América en el Titánic, el barco más grande jamas construido y que según su creador no lo podría hundir nadie, ni siquiera Dios. Por otro lado viaja un muchacho pobre, Leonardo di Caprio, artista de profesión. Entre él y ella va a surgir una historia que va más allá del amor. Juntos harán frente a la tragedia final.

El guión de la película es muy pobre en diálogo, pero aparte de esto es complicado no ser absorbido por la grandeza de esta película. Películas previas de desastres épicos como “La aventura de Poseidón” utilizaban una estructura por la que se presentaban muchos personajes mediante distintas historias para acabar protagonizando juntos el desastre final. Titánic ofrece dos personajes principales DiCaprio y Winslet.

Esta claramente dividida en 2 partes. Una hasta el choque con el iceberg. Otra después del choque con la isla de hielo. No se por cual de ellas decidirme, pero sin duda la más intensa es la segunda.

La película es técnicamente perfecta. Sin embargo y a pesar de su éxito en taquilla, tardo tiempo en ser reconocida por la crítica que al principio la tachó de tostón romántico, pero más tarde empezó a ver en ella algo más que la historia, bastante pobre por otro lado, para ver en ella una buena película, como así lo demuestran sus 11 Oscars, pero deteriorada por su popularidad.

Por último decir que aunque fue una película muy publicitada y que el hecho de ser la película más cara de la historia le dio mucho tirón, no se puede justificar que los millones de personas que fueron a verla no una ni dos sino incluso tres veces estuvieran engañadas por ingeniosos publicistas.

Iñigo Antón Aguinaga